La poesía desde la experiencia semántica

El lenguaje se desarrolla fundamentalmente en dos ámbitos, como acción meramente comunicativa o informativa y como expresión de la intimidad de la conciencia elevada al plano de la significación. Metalenguaje de la creación lingüística, que hace resonar el espacio interior de nuestra identidad. En la poesía está la apoteosis que apunta hacia aquello que nunca ha sido dicho, lo que aún no tiene nombre en los ideogramas de la escritura, y que nos permite creer en el silencio, en la penumbra del sueño, en la luz de la vigilia, en la voz que expresa lo no-significante, lo inasible e inagotable; el símbolo que da sentido a nuestra vida y que busca de-construir en el acto solitario de escribir, vida y anhelo, esperanza y delirio. El tema pareciera obsoleto u olvidado, sin embargo, los avances de las neurociencias colocan a la poesía en un primer plano por hacer referencia al campo del significado del lenguaje; usos y juegos del lenguaje correlacionados con el tema del cerebro y las emociones. Expresión de la intimidad del sujeto, el decir predicativo, que circula semánticamente para ser recreado y concebido en un ciclo nuevo que extrapola las dimensiones del existir en un instante único de intensidad impar, que escapa al tiempo y a la contingencia.